Orígenes

Los abetos producen una resina parecida a un chicle que se comercializó en el este de Estados Unidos a principios de 1800.

Durante cientos de años, gentes de todo el mundo han mascado materiales naturales. Algunos de esos materiales incluyen resina espesa y látex de ciertos tipos de árboles, varias hierbas dulces, hojas, granos y ceras.

Los antiguos griegos mascaron una masilla (o ‘mastiche’, pronunciado ‘mastique’) durante siglos. Esa sustancia estaba formada por la resina contenida en la corteza del árbol mastiche que se encontraba principalmente en Grecia y Turquía. A las mujeres griegas les gustaba mascar mastiche para limpiar sus dientes y refrescar su aliento.

Los Indios de Nueva Inglaterra enseñaron a los colonos Americanos a apagar la sed masticando la goma tipo resina que se forma en árboles píceos cuando se les corta la corteza. En los primeros años de 1800, se vendían trozos de esa goma de picea al este de Estados Unidos, lo que constituyó el primer chicle comercial de América. La cera de parafina endulzada se convirtió en una alternativa aceptable hacia 1850 y finalmente sobrepasó a la goma de picea en popularidad. Los productos modernos evolucionaron a partir de la goma basada en "chicle" traída de Estados Unidos a principios de 1860. El "Chicle" se obtiene del jugo lechoso (latex) del árbol de la sapodilla que crece en las selvas tropicales de América Central. Este árbol se encuentra principalmente en las áreas de México, Guatemala y Belice, que une a la Península de Yucatán.


La base para el chicle, que se extrae de un árbol americano llamado zapote, se importó a Estados Unidos en 1860 y originó el chicle tal y como hoy lo conocemos.

Debido a la creciente popularidad de estos productos, la demanda de "chicle" aumentó rápidamente. Pero, como notaron pronto los proveedores de "chicle", su capacidad de suministrar "chicle" estaba limitada a los árboles que producían la materia prima. Los árboles necesitaban una media de cuatro a ocho años de descanso sin ser explotados. Cuando los árboles de América Central de los que se obtenía el chicle no pudieron abastecer a la demanda, los fabricantes optaron por la goma sintética para continuar con sus negocios. La parafina, originariamente descubierta en 1830, era una opción, ya que no tiene color, ni olor ni sabor y es abundante, pero otros siguieron investigando sobre mejores materiales. Un dentista de Ohio utilizó caucho para crear un producto que sirviera para ejercitar la mandíbula y estimular las encías. William F. Semple fue distinguido por su trabajo con la primera patente para fabricar chicles en diciembre de 1869.

Hoy en día, la base del chicle está hecha de látex fabricado, y se divide en dos grandes categorías, chicle para masticar y chicle para hacer globos, teniendo éste último mayor elasticidad. En los años recientes, se han creado bases de chicle que no se pegan, tanto para masticar como para pompas, para satisfacer las necesidades de más consumidores.